El final del Campeonato Mundial de Formula 1 de la Federación Internacional de Automovilismo no podía haber terminado de una forma más sorprendente, polémica, espectacular, merecida, justa...
Como siempre, tenemos cosas que analizar: por un lado está el merecidísimo triunfo de ¿quién? Sí, ése tipo llamado Kimi Raikkonen, el que no tenía aspiraciones al mundial, al que ya daban por acabado en mayo, al que según el mismo calvo de siempre "le faltaba algo que los campeones tienen". Pues bien, queridos míos, este tío es campeón de 2007. No ha sido Alonso, en lo que podría ser su tercer campeonato (me parece que te vas a quedar en dos, querido), ni Hamilton, pese a todas sus pretensiones y las de su equipo.
Y es que queridos amigo, no os podéis imaginar el placer que le provoca a uno el ver al máximo candidato a campeón siendo adelantado por todo Cristo, verlo en decimooctava posición, y ver que el otro (Alonso) tiene una auténtica cafetera de coche. Es maravilloso.
Creo que el ridículo de McLaren y todas esas historias ya se han encargado de manosearlas las gentes de mal vivir que escriben para la sección de Formula 1, así que no me voy a extender en ese tema. Lo que sí he hecho es una lista con los nombres de las personas que deberían retirarse de los alrededores de este noble deporte o por lo menos tomarse un año sabático para que se le bajen los humos. Sin ningún tipo de orden, tenemos:
- Sakon Yamamoto
- David Coulthard
- Fernando Alonso
- Antonio Lobato
- Jarno Trulli
- Ron Dennis
- Martin Withmarsh
- Giancarlo Fisichella
- Rubens Barrichello
- Víctor Seara
- Todos los espectadores que compran entradas en la grada N en Montmeló
- Norbert Haug
- Max Mosley
- Charlie Whiting
- Marco Canseco
- Miguel Sanz
- Joaquin Verdegay
- Julio Morales
- Gonzalo Serrano (simplemente para no tener que volver a oir "si parpadean se lo van a perder")
jueves, 25 de octubre de 2007
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